Piedras incómodas que sólo quieren entorpecer el avance de tu camino... hacer que cada paso duela. Pero la fuerza de no dejar de ser tú, de no dejar que esa piedra nos diga cómo hemos de seguir, de ser capaces de quitarnos esa torpeza de piedra y seguir con la cabeza bien alta.
Normalmente... la piedrecita que tanto te molesta, suele ser aquella que miraste, incluso esa por la que te detuviste para hacer un poco de compañía.... aquella que pensaste que no te podría dañar...
Una piedra se ha metido en mi zapato y la noto, la alcanzo poquito a poco pero aún siento que se me resiste un poco... reconozco cual es porque la vi en mi camino, con los colores del amor y del daño, tal vez ha entrado en el zapato de otra persona desde su escondite, que seguramente sí... pero con más razón he de seguir y no parar... encontrarme con otras piedras, que seguramente me molesten, más o menos pero que me molesten, pero a pesar de ello no me rendiré y conseguiré toparme con alguna que me sienta realmente cómoda, que encuentre su lugar en mí por que se lo merezca.
Una piedra en el zapato, ¿rara comparación para toda la maldad de aquella que mal te quiere?
Pd.: En ocasiones lo vi tan difícil que intenté caminar descalza, pero todas las piedras me dejaron heridas en los pies...
Estos textos están también en mi fotolog, y para mi sorpresa una persona lo copió en el suyo, la verdad que nadie se creería que fuese suyo porque tal choni no escribe.
Seguramente algunos os veréis identificados con el texto. Espero que os guste
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